El sábado pasado Jonathan inició la semana #3 de su tratamiento intravenoso en casa. Ese día también comenzó a tener una leve fiebre que le subió durante el fin de semana y que no pudimos asociar con ningún otro síntoma. El lunes teníamos cita con el Dr. Markert, su neuro-cirujano para quitar los últimos 6 puntos de la parte superior de su cabeza. Mientras nos alistábamos para ir a la clínica, descubrimos que Jonathan había desarrollado una urticaria en toda la parte superior de su cuerpo. En la clínica, los doctores no pudieron decidir si se trataba de una reacción retardada causada por el antibiótico o si se estaba manifestando una infección en alguna otra parte de su cuerpo, posiblemente introducida por la línea media o PICC. Así que decidieron dejarle los puntos y realizar más análisis de sangre incluyendo cultivos de sangre para descartar una infección en su torrente sanguíneo.
El martes por la mañana recibimos una llamada de los doctores de Enfermedades Infecciosas quienes nos instruyeron suspender los antibióticos totalmente y nos explicaron que tan pronto como tuvieran resultados de laboratorio nos dirían qué hacer. Los médicos sospecharon una reacción alérgica al antibiótico y establecieron un plan para cambiar medicamentos una vez que se descartara la existencia de otra infección. Por tres días estuvimos en espera de la llamada de los médicos y tratando a Jonathan en casa fiebre -que continuó elevándose y haciéndolo sentirse muy mal.
El jueves recibimos una llamada de la oficina de Enfermedades Infecciosas diciéndonos que los niveles de leucocitos de Jonathan (células blancas) estaban muy bajos, que necesitaban más análisis de sangre, y que después de que tuvieran resultados tomarían la decisión de cambiar de antibióticos. El problema es que estaban planeando hacer todo eso hasta el siguiente Lunes. Eso nos dejó algo incómodos. No lográbamos entender qué significaba todo esto y teníamos temor de que Jonathan estuviera sin ningún tratamiento por más de una semana. Anoche la fiebre se Jonathan volvió a elevarse mucho y eso propició que nuestra enfermera de neuro-cirugía nos arreglara una cita inmediata para realizar una tomografía, rayos X y más análisis de sangre. Así que hoy (viernes) estuvimos toda la tarde en la clínica realizando estos estudios.
Esta mañana, el temor de los médicos era Jonathan tuviera un nuevo absceso en la cabeza o que hubiera desarrollado otra infección. La tomografía computarizada mostró que su incisión está bien y los cultivos preliminares de sangre son negativos para una infección de la sangre. Pero todavía no es claro porqué está teniendo fiebre y porqué sus leucocitos están tan bajos.
Nos explicaron que en ocasiones los antibióticos provocan la depresión de las células blancas, así que eso sería una razón. Al mismo tiempo, una infección muy fuerte podría también ocasionar que esos niveles bajaran considerablemente. Así que tomar una decisión en cuanto qué hacer no fue nada fácil. Finalmente, decidieron que la ruta más segura sería que Jonathan iniciara un nuevo antibiótico hoy mismo -aún estando en la clínica para observar cualquier reacción y realizar nuevos exámenes de sangre el lunes para ver sus niveles de leucocitos para entonces.
Estamos de vuelta en casa. Eso es bueno. Todavía con fiebre y sin saber exactamente qué está pasando, pero confiando en el poder de Dios y en su provisión a través del servicio médico que tenemos disponible. Esta noche estamos orando que Dios toque el cuerpo de Jonathan y que sus células bancas regresen a los niveles donde deben estar. Oramos también que el nuevo antibiótico sea muy efectivo para seguir combatiendo la infección del cráneo y por que no deprima su sistema inmunológico. Oramos por descanso.
Un buen amigo nos recordó ayer que “este es solo un bache en el camino”. Ciertamente se siente como un gran bache. Que Dios nos mantenga enfocados en lo más importante y que continuemos confiando en ÉL. Que Él reciba toda la gloria por la salvación que ya nos ha otorgado, por la gloria futura que nos espera y aún por el camino de baches que atravesamos hoy.
Gracias por caminar con nosotros.