Hace unos días una amiga me recordó que en medio de los problemas es muy fácil experimentar frustración con la palabra “proceso”, sin embargo el plan de Dios para nuestras vidas es que VIVAMOS el “proceso” y es EN el “proceso” que llegamos a conocerle mejor.
Sin duda estamos viviendo un proceso de aprendizaje. La semana pasada, después de enterarnos de que la máquina para la MEG (magnetoencefalografía) seguía sin servir, comenzamos a buscar toda clase de opciones al alcance para conseguir realizarla y continuar con un plan de acción. Después de un par de días muy estresantes – y muchas conversaciones, llamadas telefónicas y correos electrónicos, nos dimos cuenta que realmente no alcanzamos a comprender bien todo lo que implica este tipo de procedimiento, así que sacamos una cita para ver al Dr. Markert otra vez este lunes 21 de febrero para hablar sobre la relevancia de este examen y decidir qué es lo mejor para este caso en particular.
Esta parte del proceso que estamos viviendo nos enseñó un poco más sobre lo intricado que es el mundo médico, pero nos enseñó mucho más sobre nosotros mismos, sobre nuestra necesidad de trabajar juntos y sobre cómo debemos servir el uno al otro en medio de esta jornada. Así que por hoy doy gracias a Dios por este “proceso”.
Karla